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viernes, 23 de agosto de 2013

Una habitación propia

  Virginia Woolf redactó este ensayo basándose en una serie de conferencias que pronunció en la Sociedad Literaria de Newham y la Odtaa de Girton. Publicado en 1929, cuando las mujeres —a pesar de sus exiguos pero grandes avances, como la concesión del voto hacía sólo 9 años— aún estaban relegadas al hogar y la educación se dirigía a las clases altas, sostiene la idea de que una mujer; para escribir una buena novela, necesita una habitación propia que la dotaría del tiempo y el espacio apropiados para abordar una escritura ininterrumpida. Y es que en la época de Woolf, las mujeres raramente gozaban de estos lujos que los hombres indubitablemente podían permitirse.

   La idea de la habitación propia, sin embargo, se usa igualmente como un símbolo para otros diversos aspectos, tales como la privacidad, el ocio, y la independencia económica y personal, cada uno de los cuales es un componente esencial en las innumerables desigualdades entre hombres y mujeres.

   Mediante este ensayo, por otro lado, se pretende enfatizar el hecho de que las mujeres son tratadas de forma diferente en la sociedad, motivo por el cual no han producido escritos tan excelsos como los hombres. Para ilustrar su tesis, Woolf crea una mujer llamada Judith Shakespeare, la hermana imaginaria de William Shakespeare, la cual siendo igual de talentosa que su hermano es menospreciada por sus padres así como por el resto de la sociedad, llevándola a terminar al final con su propia vida. Una mujer igual de ingeniosa que Shakespeare nunca podría haber conseguido adquirir semejante éxito y Judith es un ejemplo claro del trágico destino al que una mujer sumamente inteligente se habría enfrentado bajo estas circunstancias.

   La unión de todo esto hace de Una habitación propia una lectura rápida que nos lleva ineluctablemente a subrayar y añadir marcadores con vistas a una segunda lectura, además de sumergirnos en el movimiento feminista y aportarnos, con la ironía que caracteriza a la autora, una mastodóntica cantidad de datos y referencias vinculadas a la mujer y la novela a lo largo de la historia. Indiscutiblemente una obra meritoria de ser leída.

martes, 20 de agosto de 2013

El primer día.

Marc Levy es un novelista francés que alcanzó la fama mundial en el año 2000 con su obra "Ojalá fuera cierto" y desde entonces no ha dejado de cosechar éxitos con cada libro que escribe ya que se puede afirmar con total convicción que no dejan indiferente a nadie.

El primer día” es el noveno libro de este autor francés que bajo su tierna portada de aspecto romántico e incluso aniñada esconde una historia de aventura, misterio y espionaje con la cantidad justa de amor. Esta novela junto con su segunda parte, “La primera noche”, se aleja completamente de la típica novela juvenil para adolescentes que se conforman con una historia de amor empalagosa y simplona.

Esta maravillosa obra abarca temas tan turbios como el principio de la humanidad y los límites del universo y tan inquietantes como los peligros del conocimiento y la necesidad de conocer del hombre. El mundo se convierte en un enemigo para sus protagonistas, Adrian y Keira, que lo recorrerán de este a oeste, desde la cordillera de los Andes en Chile hasta la cordillera del Himalaya pasando por el monumento de Stonehenge en Reino Unido y las pirámides de Egipto en busca de la Verdad.

Tras estos viajes y salvajes aventuras se encierra una historia de amor novedosa y original, de un amor que es más fuerte que la distancia y más poderoso que cualquier villano; con un final conmovedor lejos de esos finales abiertos y triviales que te dejan un vacío después de acabarlos.

Es la aventura de amar como nunca te la han contado.

jueves, 1 de agosto de 2013

El guardián entre el centeno.

Leer la obra maestra de J.D Salinger es hacer inevitablemente una introspección para descubrir qué es lo que tenemos dentro, aquello que odiamos o por contra, lo que ansiamos con todas nuestras fuerzas. En ocasiones, es también el desencadenante de que rememoremos nuestra adolescencia con objeto de sumergirnos en lo que algún día fuimos.

“El guardián entre el centeno”, uno de los clásicos de la literatura moderna estadounidense, es el retrato intemporal del mundo a ojos de un adolescente, Holden Caulfield.
Reflejo del deseo de liberación, de emancipación del deber, pero también del sentimiento de incomprensión recíproco con un entorno hipócrita, falso y narcisista y la crítica ávida de los que se han conformado tácitamente con las normas morales impuestas.

El protagonista transitará Nueva York en soledad durante dos noches, siendo partícipe de multitud de situaciones que abordarán aún de manera ingenua cuestiones como la drogadicción, el alcoholismo o la prostitución.
Irá a la vez dejando al desnudo la complejidad y la simplicidad de la mente adolescente, la inmadurez y el juicio, la superficialidad y profundidad de los pensamientos del protagonista que no se encuentra sino en un bucle de hastío, pesimismo y vacío.

Con un lenguaje coloquial, plagado de asiduas reiteraciones y frases hechas conseguiremos naufragar en el misterio de la psicología adolescente, desde el origen de todas las cavilaciones que alguna vez tuvimos o tendremos al fin irremediable de toda etapa. 

¿Lograremos hallar algún recodo de esperanza, el lugar en el mundo que todos creímos haber perdido?